Los retrasos que se han registrado en la aduana de Tijuana, Baja California, llevarían a tener impactos de hasta 50% en la eficiencia y rentabilidad de los transportistas, detalló en entrevista Israel Delgado, delegado en Tijuana de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar).
Desde hace cuatro semanas, el sistema de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM), que continúa conectado con el Servicio de Administración Tributaria (SAT), trabaja de manera intermitente, existiendo una inconsistencia derivada de la transmisión de información del SAT a la ANAM, lo que ha provocado retrasos en la exportación, pero también en la importación, caso que no se había registrado hasta el momento.
“La situación ha causado que haya demoras de México a Estados Unidos de entre cinco a ocho horas y de regreso de tres a cinco horas, esto tiene que ver con dos causas, una es el problema del sistema de la ANAM que ha sido inconsistente y la otra, es que, en la aduana de Tijuana, en particular, existe una falta de infraestructura del lado americano, eso limita la velocidad con la que los camiones pueden cruzar a Estados Unidos”, destacó Delgado.
Esta situación genera afectaciones cuantiosas en una aduana que exporta cargas en al menos cuatro mil cruces de camiones por día.
Lo anterior preocupa en el contexto en el que se dan los retrasos, “estamos en la temporada de cierre de año en donde hay un repunte general de un 30% de la industria, pero este se ve afectado al no contar con la fluidez suficiente del sector transporte para cruzar las mercancías en tiempo y forma. Por otro lado, la situación también genera cansancio en los operadores al estar esperando muchas horas para cruzar, esto lo expone a cansancio físico y estrés innecesario”, detalló.
Delgado compartió que en las semanas que ha durado la situación las autoridades locales muestran total recepción y empatía, pero en su opinión el problema está rebasado en este nivel. “Es un tema del sistema y del área central que tiene que ser revisado y evaluado por México, porque finalmente aquí (en la aduana de Tijuana) solamente se habilitan las computadoras”.
El comercio exterior en la región no tiene opciones, debido a que las aduanas más cercanas no son viables; Tecate cuenta con una restricción de la Norma 012 de pesos y dimensiones del lado americano, debido a que no reúne las características físicas para que vehículos de grandes dimensiones puedan transitar por ese tramo. La segunda aduana más cercana es Mexicali, pero se encuentra a dos horas de distancia, que representa un recorrido de 300 kilómetros más para llegar a San Diego, lo que elevaría los costos del transporte.
El llamado de los transportistas y de la delegación de la Canacar en Tijuana, representados por Israel Delgado, es “que tanto la ANAM como el SAT revisen alternativas para la mejora de los sistemas tecnológicos para que funcionen de manera consistente; por otro lado, en el tema de las aduanas locales, tanto la autoridad americana como la mexicana, puedan mantener una coordinación constante para permitir el flujo comercial entre ambas zonas”, dijo.
“Estamos buscando todas las alternativas posibles para aligerar o resolver la problemática entendiendo la complejidad que tiene”, destacó.
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